domingo, 28 de abril de 2013

EL TRATO CON LOS NIÑOS Y LA EXTRACCIÓN DE MUESTRAS SANGUÍNEAS

24/04/2013 El trato con los Niños y la Dificultad para la Extracción de Pruebas Sanguíneas.


Hoy, el área de pediatria ha estado bastante tranquilo. Según me han comentado ya varios enfermeros, las mañanas en pediatría suelen ser mucho menos demandadas que por las tardes, puesto que los niños suelen estar en el colegio o guardería.

A lo largo de esta semana me he ido dando cuenta de las patologías que más se dan en los niños que acuden a urgencias y la gravedad de éstas. En general, los síntomas más frecuentes en los niños que acuden son: tos, expectoración, disnea, fiebre, vómitos..., además de traumatismos y torsiones de tobillo y mano. La mayoría de estos síntomas que se dan son leves y con un tratamiento poco complejo mejoran y se van de alta. Suelen ser causadas por bronquiolitis y algunos virus que se manifiestan a través de los síntomas descritos.




En el día de hoy, dada la escasa carga de trabajo que había, me he podido fijar mejor en la forma de tratar a los niños y cómo poder mejorar ese aspecto para intentar que confíen más en mí.




Los niños, como cualquier ser humano, tienen una serie de derechos. Al tratar sobre la atención a la salud de la infancia, hay considerar cuáles son las necesidades y problemas en salud de los niños.

Además, no podemos olvidar, al valorar el buen trato a la salud del niño, a la familia y al entorno, que van a tener un papel fundamental en el crecimiento y desarrollo.

Se define el buen trato al niño como las distintas manifestaciones de afecto, cuidado, crianza, apoyo y socialización que reciben los niños por parte de su familia, grupo social y de la administración-instituciones que les garanticen contar con las condiciones necesarias para un adecuado desarrollo integral: afectivo, psicológico, físico, sexual, intelectual y social.




El buen trato al niño desde el ámbito sanitario se refiere a una asistencia sanitaria de calidad que atienda a sus necesidades y problemas en salud respetando los derechos del niño y considerando el entorno en que crece y se desarrolla.




Sin embargo, el hecho de proporcionar un buen trato muchas veces va en función a los profesionales que asistan la demanda. Se necesita la combinación de conocimientos empíricos sobre los estados de salud y sus manifestaciones, asi como una conducta conocedora de la psicología de los niños, que sepa cómo tratarlos.

En mi caso, de ambas posturas todavía me queda un largo camino, pues necesito aún una mayor cantidad de conocimientos sobre fisiopatología del niño y sobre cómo tratarlos. Desde mi punto de vista, creo que lo más importante es lo segundo, pues la delicadeza es un factor principal a la hora de prestarles nuestros cuidados. Enfermería tiene gran parte ganado en el momento que sepa cómo tratar a un niño y cómo interactuar con él, pues una de las dificultades en esta rama de la disciplina que complican el desarrollo de las actividades es no tener la confianza del pequeño.




De hecho, todo lo que estoy hablando repercute en gran medida a muchas áreas de nuestro trabajo. Una de las técnicas que se complica bastante en pediatría es la extracción de muestras sanguíneas y canalización de vías venosas periféricas.

Los niños, en general asocian el hospital y los centros de salud con sitios negativos, donde se les va a hacer algo que no les gusta. Simplemente el hecho de ir a un hospital les suele causar cierto miedo y respeto. Como añadido, el momento en el que se necesita canalizar una vía para poner medicación y extraer muestras sanguíneas, es un momento muy complicado. Generalmente, suele estar acompañado de sentimientos de rechazo por parte de los pequeños que complican en gran medida la técnica.




Las extracciones sanguíneas son técnicas que en pediatría suponen un gran estrés en los pacientes. En los niños más pequeños, resulta casi imposible realizar la extracción sin ayuda de algún miembro del equipo sanitario, ya que su reacción más habitual ante el dolor es comenzar a llorar y a realizar movimientos de huida del dolor. La técnica se realizaría inmovilizando al niño o niña con el fin de evitar que el movimiento dificulte el desarrollo de la misma. Sinceramente, no me gusta nada tener que pinchar a un niño y si hubiera elección preferiría no hacerlo. Sin embargo, visto que resulta necesario para que mejore su estado de salud, resulta necesario.


En niños más mayores, la reacción del paciente varía mucho en función de la confianza que hayas conseguido de él. Como he mencionado anteriormente, un buen trato ayuda en gran medida al personal sanitario, lo cual puede propiciar la colaboración del niño. En la extracción sanguínea, la reacción de este podrá facilitar o dificultar el procedimiento, que será frecuentemente más fácil cuanta mejor relación se tenga con él.




El trato con los niños en pediatría es de vital importancia para impartir unos cuidados de calidad. Habitualmente, es observable que cuando mejor relación se tiene con el paciente y mejor trato se presta, más beneficios se obtienen a cambio para la realización de nuestro trabajo. Además, todo esto se traducirá en un sentimiento de satisfacción tanto de los niños como de los familiares que es un claro indicador de buena calidad asistencial.




REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:
  • Díaz Huertas J. A., Díaz Ayuga A. M. El Buen Trato a la Infancia desde el Ámbito Sanitario. En: García Pérez J., Martínez Suárez V. Guía Práctica del Buen Trato al Niño [monografía en internet] Madrid: IMC: 2012. p. 51-64 [acceso el 24 de abril 2013]. Disponible en: http://plataformadeinfancia.org/system/files/guiabuen_trato_nino.pdf.
  • Ruiz González M. D., García Moreno M. L. Obtención de Muestras en Unidades Pediátricas (sitio en internet). Enfermería21. Disponible en: http://www.enfermeria21.com/pfw_files/Muestras/capitulo41_nino_adolesc_d_ninoii.pdf. Acceso el 24 de abril 2013.

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