lunes, 8 de abril de 2013

EL ESTRÉS

08/04/2013 El Estrés, un enemigo muy habitual.


Esta semana es la segunda que me encuentro en el área de observación de urgencias del Hospital Fundación de Alcorcón. La semana anterior tuve un gran número de experiencias y situaciones interesantes que para mi aprendizaje como alumno sirvieron y me ayudaron en gran medida.

A lo largo de este rotatorio, he sentido en gran cantidad de ocasiones la presión del estrés por el acúmulo de trabajo que puede llegar a ser muy frustrante. Piensas, ¿voy a poder realizar todo lo que me piden? o, cuando termine la carrera y en el caso de que me den trabajo en urgencias, ¿voy a poder afrontarlo de la misma forma que lo afrontan los y las enfermeras del servicio? 

En el día de hoy he podido sufrir una de esas situaciones que te desbordan, por lo que he intentado hacer lo que estaba en mi mano y buenamente podía para ayudar. El caso es que a primeras horas el área de observación estaba muy tranquila, con 7 pacientes bastante estables por mi lado y 6 por el otro. En total eran 13 pacientes que no presentaban ninguna complicación. De todos estos, han ido ingresando en planta unos pocos, por lo que las camas iban liberándose.

A medida que avanzaba la mañana, la situación iba cambiando: en triaje ha habido mucho trabajo, ya que había una cantidad de pacientes muy grande en el servicio de urgencias, lo cual ha hecho que varios de ellos que se encontraban peor fueran trasladados a observación, y otros 3 de ellos al box de críticos con su posterior traslado también a observación. En poco tiempo, se ha ido llenando la sala de pacientes y enfermería no daba abasto con esta situación debido a que,como añadido, 3 de ellos han comenzado a desestabilizarse y presentar peor estado. En estos 3 casos, hemos tenido que estar cerca de 30 minutos tratando a cada paciente, por lo que el tiempo disponible para organizarse el resto del trabajo era reducido.



Camas amontonadas en la sala de Observación invadiendo pasillos. | EM




Por ello, como a mi me gusta trabajar con todo organizado y no he podido, ha llegado un momento que me he sentido algo perdido y frustrado. Ha sido la situación más agobiante que he tenido hasta ahora en el rotatorio de urgencias y no esperaba que fuera en el área de observación, por lo que me ha pillado de imprevisto. He hecho todo lo que he podido para retomar el hilo de lo que hacía, aunque me ha llevado un esfuerzo extra. Pensándolo friamente, me habría gustado poder haber reaccionado de una forma más rápida, que es lo que necesitaré hacer cuando deje de ser alumno.


Por el momento, me siento en parte algo molesto por no haber podido reaccionar más rápido. Si es verdad que he servido de gran ayuda a la enfermera con la que estaba, ya que ella también sentía la sobrecarga de trabajo que en esos momentos teníamos. Creo que en ese sentido, he jugado un buen papel, ya que en caso de no haber hecho nada, la enfermera se habría agobiado mucho al tener el trabajo para ella sola. Aunque, por otro lado, me habría gustado reaccionar controlando mejor la situación y actuando profesionalmente como tiene que hacer un enfermero.

En el caso de los 3 pacientes que se han agravado, me habría gustado poder analizar la situación de una manera más rápida, conociendo qué tiene el paciente, por qué lo tiene y qué se ha de hacer en estos momentos para adelantarme a las peticiones médicas. Además, tengo que hacer hincapié también en el rápido manejo de las técnicas para pacientes graves y el manejo de la medicación, ya que en circunstancias de este tipo se necesita ir mucho más rápido.



Espero que este tipo de situaciones se repitan, no por el hecho de que me guste sufrir el agobio, si no porque creo que necesito aprender bien a controlar la situación en momentos tan demandantes. De este modo, a partir de la experiencia, es como más se aprende y como se hace un buen enfermero, que es lo que quiero ser. Por ello, en futuras experiencias de este tipo, intentaré llevar a cabo lo aprendido de ésta e intentaré incorporar nuevas enseñanzas.






Por otro lado, hay otro tema que me gustaría comentar sobre el día de hoy. Había una paciente que se encontraba desde primeras horas de la mañana diagnosticada de infección del tracto urinario más sepsis. Dicha mujer, de unos 80 años, se encontraba más o menos estable, sin apenas ninguna queja ni complicación.

A medida que avanzaba la mañana, la mujer ha ido empeorando, de tal forma que la sintomatología se iba haciendo cada vez más evidente. 

Ha habido un momento que la doctora ha pasado a verla y a explorarla y, según su criterio, no ha observado  peor estado en ella. 15 minutos después de esa visita, he ido a visitarla porque estaba escuchando quejas procedentes de su cama. La mujer me comentaba a duras penas que ''tenía mucha fatiga''. Se lo hemos comentado a la doctora, la cual ha ido a auscultarla y nos ha pautado oxígeno por mascarilla.






Tras ponérselo, a la llegada de los familiares, su hijo (que también era enfermero) nos ha alertado de signos y síntomas de empeoramiento, por lo que he acudido a objetivarlos. La mujer presentaba tiritona por frío, palidez, cierta dificultad respiratoria, presencia de coágulos por la sonda vesical y un gran malestar general. De este modo, he ido a comunicárselo tanto a mi enfermera como a la doctora en cuestión, la cual se encontraba hablando por teléfono.

Este es el momento en el que a mi, como enfermero, me ha dado mucho que pensar. La conversación por teléfono ha durado cerca de 10 minutos, tiempo en el cual la paciente se iba encontrando cada vez peor y el familiar cada vez más nervioso. 






En el momento en que la doctora ha terminado de hablar, se lo hemos comentado y ha ido a ver a la paciente. Tal era el malestar y el empeoramiento de la mujer, que tras el tratamiento recibido y la escasez de respuesta a éste, la han tenido que trasladar a Cuidados Intensivos para solucionar la complicación de la septicemia.

El hijo, ante tal panorama, se encontraba tan nervioso que presentaba sudores y temblores. Desde enfermería lo único que hemos podido hacer ha sido tranquilizarle y comentarle que en un momento venía la doctora a ver a su madre, circunstancia que se ha dado mucho después de su advertencia.

Evaluando la situación, creo que desde enfermería hemos intentado hacer todo lo que estaba en nuestra mano, tratando de tranquilizar al familiar y dándole un apoyo para desahogarse. Aunque todo el rato me rondaba la misma pregunta por mi mente ''¿puedo hacer algo más para ayudar al familiar de la mujer?''. Sin embargo, lo que él de verdad necesitaba era que la doctora fuera y valorase a la mujer, ya que veía que a cada momento se encontraba peor. De esta manera, desde mi punto de vista, pienso que la actuación de la doctora ha sido muy poco profesional, no solo por el retraso al valorar a la paciente, si no por la ausencia de humanidad en su trato con el familiar, que estaba sufriendo por la ansiedad.


Es importante saber que el trato a los pacientes tiene que tener un enfoque no solo biológico, si no que hay que tener en cuenta su parte psico-social. En ella, entra tanto la misma mujer, como sus familiares que también viven el proceso. Por ello, tanto enfermería como medicina han de prestar una serie de tratamientos y cuidados encaminados al problema, pero sin dejar de prestar atención a esas otras personas que se encuentran con el/la paciente. El trato humanizado y holístico es una herramienta que el personal sanitario debería saber manejar de forma correcta, ya que de este modo la relación paciente/familiares-sanitarios será mucho mejor y el tratamiento resultará más satisfactorio. 






En esta última situación, pienso que no se ha dado tal servicio y no me ha parecido bien cómo se ha tratado la situación. Por lo tanto, intentaré en próximas ocasiones tenerlo en cuenta para que no vuelva a pasar, ya que me no me ha gustado nada ver el malestar ni de la paciente ni del hijo.




El estrés puede ser definido como el proceso que se inicia ante un conjunto de demandas ambientales que recibe el individuo, a las cuales debe dar una respuesta adecuada, poniendo en marcha sus recursos de afrontamiento. Cuando la demanda del ambiente (laboral, social, etc.) es excesiva frente a los recursos de afrontamiento que se poseen, se van a desarrollar una serie de reacciones adaptativas, de movilización de recursos, que implican activación fisiológica. Esta reacción de estrés incluye una serie de reacciones emocionales negativas (desagradables), de las cuáles las más importantes son: la ansiedad, la ira y la depresión.







En ambos casos, tanto el primero como el segundo, se produce una situación estresante. En cada uno, el estímulo desencadenante de la respuesta de estrés es distinto: el primero es el aumento de la demanda de trabajo que hemos tenido y el segundo la necesidad y ansiedad por obtener respuestas por parte del familiar de la mujer.




Como conclusión, decir que como se ha mencionado, el estrés es una sensación desagradable, por lo que el ser humano tiende a buscarle alguna salida o alguna reacción, que en gran parte de los casos es negativa para el proceso de actuación en el hospital. De este modo, creo oportuno que el personal sanitario debe saber manejar este tipo de situaciones estresantes de la mejor forma posible para que no interfieran ni lo más mínimo en el tratamiento y el bienestar de los pacientes. Para ello, uno de los principales aspectos a tener en cuenta para llevarlo a cabo es la realización de un buen trabajo en equipo.





REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:

1 comentario:

  1. La situación que has vivido puede llegar a ser frecuente en la urgencia y es normal que se pueda volver a repetir (aunque ahora estamos viviendo una época tranquila hemos tenido temporadas en que esta situación era la habitual), nos sentimos desbordados por el trabajo y la urgencia de este. Para poder resolver estas situaciones es importante aprender a priorizar la urgencia de los pacientes, y dentro de cada paciente priorizar las actividades a realizar.

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